Las enfermedades genéticas son más comunes de lo que se piensa, y son causadas por una alteración en un gen. Afortunadamente hoy en día están surgiendo diversas técnicas que buscan la forma de tratar dichas enfermedades y una de ellas es la terapia génica, la cual ha revolucionado la manera de abordar estos problemas de caracteres hereditarios, tanto así que se ha convertido en la mejor alternativa de tratamiento.
Es por ello que en esta oportunidad conoceremos un poco más sobre esta terapia y la importancia que tiene para la salud en general.
La terapia génica: ¿Qué es?
La terapia génica es una técnica experimental que busca modificar los genes de una persona para uso terapéutico. Su función es introducir el ADN en un paciente para tratar e incluso prevenir alguna enfermedad, ya que ese nuevo ADN contendrá un gen funcional para corregir los efectos de una mutación que es la causante de la afección.
Esta técnica se desarrolló por primera vez en el año 1972, pero desde entonces ha tenido un éxito muy limitado en lo que respecta al tratamiento de enfermedades humanas.
Sin embargo, se espera que en un futuro no muy lejano, sea posible que los médicos puedan tratar trastornos con la inserción de un gen en las células en vez de utilizar algún medicamento o cirugía.
¿Cómo funciona la terapia genética?
En ocasiones puede que desde el nacimiento un gen salga defectuoso o parcialmente incompleto; e incluso ya durante la vida adulta es posible que cambie o pase por un proceso de mutación.
Independientemente de la forma en que suceda la variación, ésta puede interrumpir la forma en la que se elaboran las proteínas y, a su vez, provocar la aparición de diversas enfermedades o complicaciones en la salud.
A partir de allí es cuando entra en juego la terapia génica, y es que como bien se mencionó, la misma puede buscar la forma de modificar los genes de una persona para curar enfermedades.
Para ello los investigadores han estado probando varios enfoques de funcionamiento, los cuales incluyen:
- Reemplazar el gen mutado que causa la enfermedad con una copia saludable del gen.
- Inactivar el gen mutado que no funciona correctamente.
- Introducir un nuevo gen en el cuerpo para que éste pueda ayudar a tratar la enfermedad.
Cabe resaltar que aunque la terapia genética es una opción de tratamiento bastante prometedora para un sinfín de enfermedades, continúa siendo algo riesgosa; es por ello que aún se encuentra en estudio para garantizar su seguridad y efectividad.
Actualmente esta técnica se está probando únicamente para aquellas enfermedades que no tienen otras curas. Y es que a pesar de que puede resultar factible y útil, las herramientas necesitan ser perfeccionadas para poder llegar a formar parte de un tratamiento terapéutico habitual.
No obstante, esto no es un factor limitante; ya que la terapia génica promete transformar la medicina y generar diversas opciones para los pacientes que presentan alguna enfermedad. Por eso los científicos continúan logrando grandes avances con esta terapia; ya que se encuentran comprometidos a acelerar su desarrollo y poder salvar vidas con este tratamiento innovador.